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La cabra malagueña mueve un negocio de 90 millones de euros

Juanjo Buiza - 29/09/2013

El principal sector ganadero de la provincia descubre nuevas posibilidades para generar valor añadido con la calidad de la leche y de la carne de chivo por bandera. Además, la raza autóctona ya ha empezado a exportarse

La cabra malagueña bien podría considerarse como el cerdo ibérico de la raza caprina. Sus características morfológicas y productivas ya gozan de una fama merecida, y sus propiedades traspasan fronteras: es una de las razas más lecheras del mundo (algunos animales producen más de 900 litros); es también una de las más prolíficas (el periodo fértil dura prácticamente todo el año); es fácilmente adaptable a terrenos áridos; el chivo lechal es la única carne de caprino española que cuenta con una marca de calidad y su leche, más sabrosa y dulce que la de vaca, destaca por su elevado índice de proteínas, sus bajos niveles de lactosa y su alto poder de digestibilidad.

Así las cosas, ahora se trabaja más que nunca en «promocionar, desarrollar y mejorar la genética de la raza caprina malagueña», en palabras de Juan Manuel Micheo, secretario ejecutivo de Cabrama (Asociación Española de Criadores de la Cabra Malagueña), el colectivo con sede en Casabermeja y que lleva desde 1983 luchando por esos objetivos. En los últimos tiempos, la asociación ha ido creciendo a un ritmo de un 10% por año de media, tanto en número de ganaderías como de cabezas, según explica Elena García, responsable de promoción.

Actualmente, Cabrama cuenta con cerca de 80 explotaciones asociadas (de las que 55 están en la provincia de Málaga), y que suman cerca de 40.000 cabras inscritas en el llamado libro genealógico. El objetivo es alcanzar el centenar de ganaderos asociados en 2015 para abarcar el mayor negocio posible, ya que la cabaña total de la raza malagueña es mucho mayor. En concreto, se calcula que en España pastan unas 300.000 cabras de esta raza, de las que la mayoría (unas 200.000) pertenecen a granjas situadas en la provincia. «El total de censo caprino en Málaga está por encima del vacuno, el ovino y el porcino», asevera Carlos Carreira, técnico de Asaja, para subrayar la importancia que ha adquirido el sector.

Carreira indica que el principal ingreso de los ganaderos del caprino está en la venta de leche, ya sea a cooperativas o queserías artesanales de Andalucía y, sobre todo, a grandes industrias queseras españolas, como García Baquero o Forlasa. «La gran mayoría de la leche de cabra que sale de Málaga se vende fuera y se transforma fuera de la provincia, ya sea en España y otros países que la demandan, como Francia», afirma el representante de Asaja.

Más allá del número de explotaciones ganaderas, que, según Cabrama, solo en la provincia asciende a unas 1.500, la industria malagueña en torno al sector caprino la conforman otra treintena de empresas de diferentes segmentos de actividad. El grueso está formado por queserías ubicadas en distintos municipios, aunque también hay que contar dos cooperativas que transforman y venden la leche (Agasur en Campanillas y Agamma en Colmenar), así como una pequeña red de distribuidores de alimentos y de piensos, o compañías de transporte y de logística.

Toda la industria se basa fundamentalmente en la venta de la leche y de carne de chivo, dos productos cuya fama ha ido en aumento. Entre ambos, suman un volumen de ventas superior a los 90 millones de euros solo en Málaga, según las estimaciones de la Asociación Española de Criadores. Concretamente, con un cálculo de un precio de un euro por cada litro de leche, se facturan anualmente unos 70 millones de euros en el conjunto de la industria malagueño. En cuanto al chivo, desde Cabrama apuntan que son unos dos millones de kilos de carne los que se introducen en el mercado, lo que supone en torno a 21 millones de euros de negocio.

Uno de los grandes objetivos de los criadores es aumentar su número de compradores, para lo cual es fundamental poner todavía más en valor la calidad de sus productos. En este sentido, se trabaja en dos líneas para cada uno. En lo que respecta a la carne, desde 2009 se cuenta con la marca de garantía Chivo Lechal Malagueño, que otorga la Junta de Andalucía y que es un primer paso para la obtención de una IndicaciónGeográfica Protegida, como la que tienen por ejemplo los productores de la ternera de Ávila. La marca de garantía ha servido para valorar aún más esta carne, que, paradójicamente, goza de más demanda fuera de Málaga.

«Antes, la carne de chivo era prácticamente un subproducto, pero ya no. Sin embargo, aquí en Málaga no hay mucha tradición. Es raro encontrar bandejas de carne de chivo en los supermercados. La producción va sobre todo para Cataluña, Levante, Aragón o Murcia, aunque la asociación de criadores está haciendo muchos esfuerzos para cambiar esto. Es una pena, porque en el ámbito gourmet es una carne muy valorada», relata Carreira. En la web de Cabrama se cuentan hasta medio centenar de carnicerías de la provincia y más de 40 restaurantes donde puede encontrarse chivo.

Métodos artesanales
En lo que se refiere a los productos derivados de la leche de cabra, la lucha se centra en la obtención de una Denominación de Origen Protegida para los quesos. Ese es el gran objetivo de la Asociación de Quesos de Málaga, creada en 2005 y de la que forman parte una veintena de negocios que se dedican a la fabricación de este producto, y que siguen apostando por los métodos artesanales.

Por otro lado, además de en España el valor de la cabra malagueña empieza a ser reconocido en el ámbito internacional, tanto que hasta ganaderos de otros países ya han empezado a criarlas en sus propias explotaciones. Desde Asaja citan a México y, sobre todo, a Marruecos como los países que más demandan esta raza para sus granjas, para lo cual se aprovechan de su alta rusticidad y su capacidad para adaptarse al terreno que sea. En esta línea, mucho ha tenido que ver los nuevos métodos de exportación de ganado permitidos por Europa, dejando atrás los problemas derivados del bolo ruminal (que se introducía en el estómago del animal) como único dispositivo identificador, lo que generó incluso la muerte de algunas cabras.


En Cabrama recalcan por otro lado la modernización de las ganaderías malagueñas como otro de los grandes logros del sector en los últimos tiempos. Apenas hay ya ganaderos que sigan ordeñando a mano, y la mayoría de las explotaciones cuentan con sus máquinas ordeñadoras. Muchas incluso han mecanizado el procedimiento de distribución del pienso.
 

La planta de casabermeja, más cerca
Con el objetivo de facilitar la venta directa de leche de cabra al consumidor, Cabrama ultima el proyecto de la planta pasteurizadora de Casabermeja, que podría ver la luz este mismo año. La instalación, que será gestionada por los propios ganaderos, tendrá capacidad para tratar hasta mil litros de leche a la hora, y vendrá a atender a una de las principales demandas de los cabreros, hartos de tener que negociar el precio con las grandes distribuidoras. El proyecto se completará con una red de tiendas y máquinas expendedoras para vender la leche.

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